Hoy, jueves 28 de septiembre del 2017 es el Día Internacional del Aborto Seguro. Según la Organización Mundial de la Salud, unas 47 mil mujeres mueren al año a causa de abortos inseguros. Lo pienso y lo pienso y sigo sin entenderlo, ¿por qué una mujer tiene que morir por no querer llevar a término un embarazo? ¿De verdad la gente piensa es mejor la muerte que el no querer un bebé?
Aborto seguro vs la muerte
Desde niña he entendido que mi cuerpo es mío y yo decido qué hacer con él. Lamentablemente, según la tierra que me vio nacer, el estado de Jalisco, es ilegal interrumpir un embarazo. Afortunadamente vivo ya en la Ciudad de México, y de necesitarlo, tendría acceso a una interrupción legal a un precio accesible. Pero, ¿y todas las que no? No entiendo por qué otras personas, en especial legisladores hombres, creen que tienen el derecho a decidir sobre mi cuerpo y decidir que un feto tiene más derechos que yo, quien sí soy una mujer pensante y hablante.
Para conmemorar este día me di a la tarea de preguntar a las mujeres de mi entorno si habían tenido un aborto y cómo fue, cómo se sentían. Me conmovieron mucho las respuestas que recibí. La mayoría de las mujeres que me compartieron su historia son mujeres que tuvieron acceso a un aborto seguro gracias a que viven en o pudieron viajar a la Ciudad de México. Me sorprendió mucho encontrar amigas que desconocía que habían tenido un aborto.
Lo que he aprendido después de recibir todas estas historias es que un aborto no es cualquier cosa, pero tampoco debe ser algo tabú que merezca estigma social.
¿Quiénes abortan de manera segura en nuestro país? Según los 18 testimoniales que recibí, la mujeres de clase media, con recursos o con acceso a recursos, y con una educación en derechos reproductivos que les ayudó a tomar esta decisión. Algunas mujeres fueron acompañadas y apoyadas por sus parejas. Otras lo hicieron solas. Algunas lo hicieron en su casa. Otras fueron a una clínica. Algunas tuvieron que viajar a la Ciudad de México. Otras tuvieron que conseguir misoprostol de forma clandestina en sus estados natales. Algunas eran muy jóvenes, apenas teniendo 18 años. Otras ya eran mujeres de 30 años. Algunas han contado su historia públicamente. La mayoría no le ha contado ni a su familia, a causa del estigma que hay detrás de este tema. En casi ningún caso hubo arrepentimiento. Todas estuvieron seguras de su decisión.
Conozco personalmente a algunas de estas mujeres. Son mujeres que puedo decir que admiro porque son mujeres empoderadas. Son mujeres que son feministas y hablan abiertamente de todo tema. Menos de este. ¿Por qué todavía es un tabú hablar de esto? Una de las respuestas es: porque un aborto seguro todavía es ilegal para la mayoría de las mujeres. Hay mujeres encarceladas solo por decidir sobre sus propios cuerpos. Otra posible respuesta es por el estigma social. Hay gente que piensa que abortar es «matar a un bebecito» y lo liga con la religión y es imposible sacarles de eso. Estas mujeres deberían poder hablar de su experiencia y estar seguras, pero hoy son víctimas del tabú y de las posibles represalias sociales.
Hoy me gustaría compartir las palabras de estas mujeres que se acercaron a mí a contarme sus historias. Protejo sus identidades con una inicial, por que todavía hay mucha gente que es muy violenta y temo que haya represalias. Desmitifiquemos el aborto. No es solo para víctimas de violaciones. No es solo para embarazos de alto riesgo. No debería ser solo para mujeres con recursos. Lo que he aprendido después de recibir todas estas historias es que un aborto no es cualquier cosa, pero tampoco debe ser algo tabú que merezca estigma social.
En México existen organizaciones como Marie Stopes, Fondo María y GIRE que apoyan y acompañan a mujeres con sus abortos. De forma internacional existen organizaciones como Women on Waves, Women on web y safe2choose que mandan misoprostol a muchos países del mundo. En la página How To Use Abortion Pill puedes encontrar cómo usar una pastilla abortiva de manera segura en tu casa.
Recuerda que si necesitas un aborto, no estás sola. Puedes buscar a alguna de estas fundaciones o contactarme a mí si necesitas ayuda.
Por Ana G. González
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