Madrid.- América Latina y Caribe es una región que navega a contracorriente en relación a la legislación sobre el derecho al aborto. El 98% de los países del mundo permiten el aborto al menos cuando la vida de la mujer corre peligro y dos tercios lo permiten cuando la salud física o mental de la mujer está en riesgo. Sin embargo, siete de los nueve países que criminalizan el aborto sin excepciones expresas están en América Latina y Caribe.
El Salvador, tal y como ha denunciado Amnistía Internacional esta misma semana, tiene una de las leyes más restrictivas de aborto en el mundo. Las mujeres y las niñas no pueden acceder a un aborto, incluso si llevan adelante su embarazo puede acabar con sus vidas, o puede provocarles una incapacidad permanente. Ni siquiera una niña de nueve años, embarazada como resultado de una violación, puede abortar. Cada día, las mujeres y niñas de El Salvador se enfrentan a la prohibición total del aborto, una ley que acaba con la muerte de cientos de mujeres cada año al someterse a abortos clandestinos, y que criminaliza a las mujeres que se enfrentan a largas penas de cárcel, sólo porque exista la sospecha de que se han sometido a un aborto.
En Nicaragua ni siquiera se reconoce el aborto en caso de violación. En este país, la mayoría de las víctimas de violencia sexual son menores de 17 años, mayoritariamente niñas de entre 10 y 14 años, que se quedan embarazadas a causa de una violación y tienen que llevar a término el embarazo o someterse a un aborto ilegal y no seguro, corriendo el riesgo de ser encarceladas si las descubren.
Otros países como Chile, han anunciado que va a revisar esta situación. En su programa de gobierno la actual Presidenta Michelle Bachelet se ha comprometido expresamente que va a promover la despenalización del aborto en casos de peligro para la vida de la mujer, violación o inviabilidad del feto. El Salvador, así como Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Surinam y Haití deberían seguir su ejemplo.
Pero incluso en los demás países de la región, que tienen leyes más o menos restrictivas, la falta de regulación del aborto no punible hace que haya un permanente manto de dudas sobre la legalidad de esta práctica y un estigma contra quienes buscan y practican estos abortos permitidos por ley.
En Argentina por ejemplo, si bien un fallo de la Suprema Corte de Justicia aclaró las excepciones a la criminalización del aborto y sus requisitos en 2012, muchas jurisdicciones provinciales siguen sin aplicarlo. En Perú, tras 90 años de haberse despenalizado el aborto terapéutico, en julio de este año se aprobó un protocolo para regularlo, pero sigue sin tener regulados los casos de aborto por violación o por riesgos a la salud psicológica de la mujer.
Despenalizar el aborto: un imperativo de derechos humanos
Este 28 de septiembre, Día internacional por la despenalización del aborto en América Latina, Amnistía Internacional pide a todos los Estados de esta región que deroguen las leyes que penalizan el aborto y garanticen que las mujeres y las niñas tengan acceso a servicios de aborto al menos en los casos en que el embarazo supone un riesgo para la vida o la salud física o mental, donde hay malformación fetal grave, y en casos de violación o incesto.
Hace 20 años, en la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo, los Gobiernos se comprometieron a “modificar las leyes (…) sobre la interrupción voluntaria del embarazo para salvaguardar la vida y la salud de mujeres y adolescentes, mejorando su calidad de vida y disminuyendo el número de abortos”. También en el 2014 se cumplen 20 años de la entrada en vigor de la Convención de Belém do Para, donde los Estados se comprometieron a garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. Despenalizar el aborto es un compromiso con el derecho a la igualdad de las mujeres y un imperativo de derechos humanos.
Algunas cifras en el mundo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido una clara correlación entre la penalización del aborto y la muerte de mujeres por esta causa. La mortalidad materna es tres veces más alta en países con leyes restrictivas de aborto.
Todos los años mueren a causa de su embarazo 70.000 adolescentes (Fuente: UNFPA – Fondo de Población de Naciones Unidas).
Se calcula que todos los años se producen 22 millones de abortos no seguros (Fuente: OMS).
El aborto no seguro es una de principales causas de muerte materna, pues alrededor del 13 por ciento de las que se producen en el mundo se deben a él. ( Fuente: OMS).
47.000 mujeres embarazadas mueren todos los años por complicaciones derivadas de abortos no seguros. (Fuente: OMS, 2003)
40% de las mujeres en edad de procrear viven en países donde el aborto ésta prohibido o restringido o es inaccesible. (Fuente: OMS, 2003).
El UNFPA ha determinado que el uso de anticonceptivos podría prevenir 187 millones de embarazos no deseados, 105 millones de abortos inducidos y 215.000 muertes maternas al año. Sin embargo, según el Centro Internacional de Investigación de la Mujer, se calcula que, en todo el mundo, 215 millones de mujeres desean dejar de tener hijos o retrasar el momento de tenerlos, pero no utilizan –o no pueden utilizar– anticonceptivos.
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