Por Pilar Montalvo, Oficial Senior de Programas del programa para América Latina de Planned Parenthood Global.
Lo primero que sintió Elena* cuando supo que estaba embarazada fue miedo. No los nervios que experimentan madres y padres primerizos, no. Era verdadero terror.
Su pareja –que le había prohibido usar anticonceptivos– consumía drogas, era violento y controlador. Además de eso, a Elena, de 24 años, la atroz pandemia básicamente la había atrapado en su casa en las afueras de Lima, la capital de Perú, con la persona a la que más temía. Ansiosa y aislada, no podía hablar con nadie y no tenía a dónde ir.
La situación de Elena está lejos de ser única, pues la pandemia ha tenido efectos devastadores en América Latina, que en julio superó a Estados Unidos en muertes confirmadas por COVID-19. Perú, que en un principio fue elogiado por sus estrictas medidas de contención del virus, para el 17 de agosto ya tenía 536 000 casos y más de 26.000 muertes, cifras que seguían creciendo para ubicarlo en el tercer lugar, solo detrás de Brasil y de México en la región, y entre los más altos del mundo.
Sabemos que las mujeres y las niñas sufren el precio de la crisis de forma desproporcionada. Las restricciones a la movilidad que buscan limitar el avance del virus tienen efectos catastróficos en el acceso a servicios de salud, incluyendo servicios esenciales de salud sexual y reproductiva. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) estima que alrededor de 18 millones de mujeres en América Latina y el Caribe perderán acceso a anticonceptivos modernos debido a las presiones al sistema de salud y a interrupciones masivas en los programas de planificación familiar y en las cadenas de suministro.
En Perú, esto se traduce en un aumento proyectado de entre 50 000 y 100 000 embarazos involuntarios entre 2020 y 2021, de acuerdo con UNFPA. Muchas de estas mujeres optarán por el aborto, que es legal en Perú solo cuando el embarazo amenaza la salud o la vida de la persona embarazada. Estas limitaciones hacen que el acceso al aborto seguro sea todo un reto.
La violencia doméstica y la violencia contra los niños, niñas y adolescentes también están aumentando a causa de las medidas de la cuarentena. Unas 1200 mujeres y niñas han sido reportadas como desaparecidas en Perú desde marzo, y la línea de emergencia del gobierno ha recibido casi 68 000 llamadas que informan sobre violencia doméstica o sexual contra mujeres, niños, niñas y adolescentes durante el encierro. La pandemia sigue profundizando las desigualdades sociales y económicas que ya existían entre las mujeres, los y las jóvenes y las poblaciones vulnerables, como las comunidades indígenas, las personas refugiadas, las personas con discapacidades o las que viven en la pobreza extrema.
El impacto acumulado de este retroceso en la salud y los derechos humanos tardará años, e incluso décadas, en revertirse si no actuamos ahora.
En mi rol como Oficial Senior de Programas para Planned Parenthood Globalen Perú, trabajo cada día de la mano de colegas, aliados y aliadas en las comunidades para salvaguardar la salud y los derechos de las mujeres a toda costa. Aunque nuestro trabajo no es nuevo, la pandemia ha hecho énfasis en que debemos mirar más allá de los modelos tradicionales de atención médica. Este es el momento de adoptar el autocuidado en la salud sexual y reproductiva y así transferir más autonomía a las mujeres y niñas, desarrollando capacidades fuera de las clínicas y hospitales.
Sin embargo, no podemos hacer esto en el vacío. Debemos fortalecer el entorno para el autocuidado mediante la generación de políticas y regulaciones más propicias, a través de capacitaciones a las y los proveedores y farmacéuticos sobre cómo facilitar el autocuidado, y, en general, aumentar el acceso a las herramientas y recursos que las personas necesitan para tomar las mejores decisiones para ellas y sus familias.
¿Y de qué se trata el autocuidado? Aunque el significado varía entre países, por lo general incluye pruebas para VIH, anticonceptivos orales de emergencia, anticonceptivos inyectables y aborto autogestionado, entre otros procedimientos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el poder y el potencial del autocuidado en la salud sexual y reproductiva, como lo demuestran las pautas que emitieron el año pasado, y la inclusión de intervenciones vinculadas al autocuidado en su guía sobre los servicios de salud esenciales durante la COVID-19.
Entre otros elementos clave, la OMS destaca el potencial del autocuidado para «crear innovaciones en el sector de la salud, catalizando enfoques digitales y de salud móvil». Este énfasis en las soluciones digitales y la salud móvil (es decir, la prestación de atención médica a través de tecnología móvil o inalámbrica) es totalmente oportuno, ya que nos damos cuenta de que la atención médica tal como la conocemos está cambiando.
Ante sistemas de salud en América Latina, ya de por sí débiles, ahora completamente saturados, Planned Parenthood Global está apoyando la expansión de las innovaciones digitales en la región trabajando con copartes como APROPO, una organización peruana que se vale de la tecnología y las innovaciones digitales para conectar a las mujeres con información y servicios de salud sexual y reproductiva.
APROPO presta, entre otros servicios, información precisa y referencias para mujeres, especialmente aquellas menores de 24 años, que no tienen a dónde ir, y las conecta con un equipo multidisciplinario de obstetras, psicólogos, trabajadores sociales y personas expertas en salud reproductiva. Esta asociación atiende alrededor de 13 000 consultas mensuales a través de plataformas como Facebook Messenger, WhatsApp, el chat Sexo Seguro y una línea telefónica que incluye un ‘ChatBot’ que brinda información y referencias.En medio de esta pandemia, el énfasis de APROPO en la tecnología es más necesario que nunca, pues les ha permitido a las mujeres hacerse cargo de sus decisiones de salud en un momento en el que la comunicación cara a cara es un desafío, la telemedicina es más aceptada y los profesionales están reconsiderando en qué casos se requiere de una atención en persona.
En este contexto cobra especial importancia que las mujeres jóvenes y las adolescentes comprendan cuáles son las opciones que tienen disponibles, ya que a menudo son las que enfrentan el mayor estigma y discriminación por parte de las y los proveedores de salud que brindan atención de manera tradicional. Con este fin, Red Interquorum (Red IQ), otro aliado peruano que apoya Planned Parenthood Global, se enfoca en garantizar que las mujeres jóvenes, adolescentes y niñas conozcan sus derechos.
Red IQ está dirigida por jóvenes que lideran el activismo digital para llamar la atención sobre los numerosos casos de mujeres jóvenes y niñas que se han visto obligadas a llevar embarazos, poniendo en riesgo su salud, y para exigir que el gobierno se haga responsable al no proteger sus derechos. A través de actividades como su reciente campaña de redes sociales #EsHoradeOtraHistoria, Red IQ está ayudando a cambiar la conversación nacional sobre los derechos de las adolescentes y las niñas al amplificar sus propias voces y experiencias.
En esencia, estas iniciativas pretenden aprovechar el poder de la tecnología, ya sea telemedicina, salud móvil o redes sociales, para llegar a más personas con mensajes y servicios de salud esenciales y promover su propia autonomía.
Para Elena, esto significó la posibilidad de enviar un mensaje a APROPO a través de WhatsApp después de haber visto un breve video que publicaron en línea. Gracias a la telemedicina Elena recibió asesoría y orientación sobre las opciones disponibles para ella y los derechos legales que tenía. Finalmente, dado el impacto del embarazo en su salud física y mental, Elena pudo acceder a un aborto terapéutico. Además de recibir la información y la referencia que necesitaba para tomar una decisión informada sobre su embarazo, Elena también se acercó a APROPO para discutir sus opciones para poder escapar de la violencia en el hogar. APROPO la remitió a un centro de emergencia para mujeres administrado por el gobierno, y luego volvió a llamar para decir que estaba a salvo.
Planned Parenthood Global se enorgullece de apoyar a estas organizaciones que garantizan que las mujeres y niñas como Elena siempre tengan un salvavidas. Si bien la COVID-19 ha presentado innumerables desafíos, también ha prendido una luz sobre lo que sí es posible hacer cuando las antiguas modalidades ya no satisfacen nuestras necesidades. Hemos podido ver, de primera mano, cómo la adaptación y la adopción de la tecnología y la innovación pueden ofrecer una hoja de ruta para navegar en esta crisis.
Entonces, ¿estamos preparados para la revolución digital en salud sexual y reproductiva?
La COVID-19 nos ha demostrado que es posible que no tengamos otra opción.
*El nombre fue cambiado.
Pilar Montalvo es Oficial Senior de Programas para el programa de Planned Parenthood Global en Perú. Como obstetra ha trabajado con organizaciones indígenas y de la sociedad civil en programas relacionados con la salud sexual y reproductiva en zonas rurales de Perú, Bolivia y Brasil.
Miembro de la Nación Wanca de Perú, Pilar también forma parte del Secretariado Internacional de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en Sexualidad y Derechos Humanos, y es líder en el Grupo de Trabajo Internacional Indígena sobre el VIH y el Sida.
Este blog fue publicado originalmente en inglés por Sexual and Reproductive Health Matters (SRHM) en srhm.org. Está disponible en http://www.srhm.org/news/as-covid-19-soars-in-latin-america-digital-innovations-offer-women-and-girls-a-lifeline/.